¿Por qué la crianza es clave en los vinos reserva?
Introducción
Los vinos reserva son un tipo de vino de alta calidad que han sido sometidos a un proceso de envejecimiento en barrica de roble y posteriormente han sido embotellados para su comercialización. Estos vinos se caracterizan por tener una mayor complejidad y elegancia, así como un mayor potencial de guarda. La crianza es clave en la elaboración de vinos reserva y en este artículo explicaremos por qué.
¿Qué es la crianza en barrica?
La crianza en barrica es el proceso mediante el cual el vino se somete a un envejecimiento en barricas de roble. Durante este proceso, el vino adquiere diferentes características como aromas y sabores a la madera, así como mayor complejidad y estructura. Además, durante este proceso se produce una oxidación controlada que ayuda a que el vino se estabilice y adquiera una mayor longevidad.
Tipos de barricas para la crianza
Existen diferentes tipos de barricas de roble y cada una puede aportar características diferentes al vino. Las barricas de roble francés son las más utilizadas en la elaboración de vinos de alta calidad, ya que aportan aromas y sabores más elegantes y sutiles en comparación con las barricas de roble americano, que aportan sabores más intensos y especiados.
Tiempo de crianza en barrica
El tiempo de crianza en barrica puede variar dependiendo del tipo de vino. En el caso de los vinos reserva, el tiempo mínimo de crianza en barrica es de 12 meses. Sin embargo, para los vinos de alta gama, el tiempo de crianza puede ser de hasta 36 meses. Durante este tiempo, el vino se somete a diferentes procesos de fermentación y maduración que permiten obtener un producto de alta calidad.
La crianza en barrica es clave en los vinos reserva porque permite obtener un producto de alta calidad y con un mayor potencial de guarda. Durante este proceso, el vino adquiere aromas y sabores a la madera que lo hacen más complejo y elegante. Además, la oxidación controlada que se produce durante la crianza ayuda a que el vino se estabilice y adquiera una mayor longevidad.
Mejora de la estructura del vino
Durante la crianza en barrica, el vino adquiere una mayor estructura. El roble aporta taninos que son menos astringentes y más sedosos que los taninos del vino. Estos taninos aportan una mayor complejidad y elegancia al vino.
Aromas y sabores a la madera
La crianza en barrica permite que el vino adquiera aromas y sabores a la madera, que lo hacen más complejo y elegante. Estos aromas y sabores pueden variar dependiendo del tipo de roble y del tiempo de crianza en barrica. Algunos de los aromas y sabores que puede aportar la crianza en barrica son la vainilla, los frutos rojos, el café y el chocolate.
Mayor potencial de guarda
La crianza en barrica y posterior embotellado permite que el vino tenga un mayor potencial de guarda. Durante la crianza en barrica, el vino se estabiliza y adquiere una mayor longevidad. Además, el proceso de embotellado permite que el vino siga evolucionando en la botella y adquiera nuevas características con el paso del tiempo.
Conclusión
La crianza en barrica es clave en la elaboración de vinos reserva ya que permite obtener un producto de alta calidad con mayor complejidad, elegancia y estructura. Además, la oxidación controlada que se produce durante la crianza ayuda a que el vino se estabilice y adquiera una mayor longevidad. En definitiva, la crianza en barrica es un proceso fundamental para la elaboración de los vinos de alta calidad y en particular, de los vinos reserva.