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¿Qué son los vinos aromáticos? Los vinos con aromas balsámicos: una experiencia sensorial única

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Introducción

El mundo de los vinos es vasto y complejo, por lo que cada vez resulta más interesante profundizar en él y conocer más acerca de los diferentes tipos de vino y sus características singulares. Hoy hablaremos en especial de los vinos aromáticos, aquellos que se caracterizan por tener un aroma y sabor especial, y que representan una experiencia sensorial única. Nos centraremos en los vinos balsámicos, una categoría que ha ganado popularidad en los últimos años por su capacidad de sorprender al paladar. ¿Quieres saber más? ¡Sigue leyendo!

¿Qué son los vinos aromáticos?

Los vinos aromáticos son aquellos que se caracterizan por tener un aroma intenso y complejo. Son vinos que desprenden una gran cantidad de esencias, que pueden oscilar entre notas florales, afrutadas, herbales, especiadas, entre otras. Es importante destacar que, aunque todos los vinos tienen una cierta intensidad aromática, no todos caen en esta categoría. Aquí se agrupan vinos tales como el Gewürztraminer, la Malvasía y el Torrontés, entre otros.

Los vinos balsámicos: una experiencia sensorial única

Los vinos balsámicos son una categoría de vinos que han ganado popularidad en los últimos tiempos. Se trata de vinos que presentan un aroma particular, que evoca a productos naturales como la hierbabuena, la menta o el eucalipto. Estos aromas balsámicos son proporcionados por ciertas cepas utilizadas en su elaboración, así como por ciertas técnicas de envejecimiento. Lo cierto es que los vinos balsámicos son una experiencia sensorial única, que sorprende por su capacidad de evocar sensaciones olfativas y gustativas singulares.

Las cepas

Para obtener un vino balsámico, es necesario utilizar ciertas cepas que sean capaces de proporcionar el aroma deseado. Uno de los principales artífices de estos vinos es la cepa Tempranillo. Esta variedad, que se cultiva principalmente en España, es conocida por su capacidad para proporcionar un aroma balsámico que evoca a la hierbabuena y el eucalipto. Otras cepas utilizadas son la Cabernet Sauvignon y la Merlot, también notables por su habilidad para otorgar aromas herbales y mentolados en ciertas circunstancias.

El envejecimiento

Pero las cepas no lo son todo. Existen también ciertas técnicas de envejecimiento que pueden ayudar a obtener un vino balsámico. Tal es el caso de la crianza en barricas de roble. Al permanecer en este tipo de envases, el vino tiene contacto directo con la madera, lo que aporta sabores y aromas particulares al líquido. En este caso, los aromas balsámicos pueden provenir de la propia madera, que tiene una composición química única y que aporta esencias especiales al vino. Es de notar también que en este tipo de envejecimiento, los vinos pierden su cuerpo, pero ganan en complejidad.

Cómo degustar un vino balsámico

Para degustar un vino balsámico es importante seguir ciertos pasos. En primer lugar, es esencial seleccionar el vino adecuado. Una buena opción puede ser un vino 100% Tempranillo, pues en su elaboración se busca precisamente obtener estos aromas balsámicos. El siguiente paso es servirlo en una copa adecuada, que permita apreciar y disfrutar de los aromas y sabores del vino. Una vez servido, debemos agitar la copa para que el vino libere los aromas atrapados. Por último, podemos empezar a degustar el vino, prestando atención a sus aromas, sabores y texturas.

Conclusión

Los vinos balsámicos son una categoría de vinos que no dejará indiferente a nadie. Son vinos que representan una experiencia sensorial única, que sorprende y encanta. Para obtener este tipo de vinos es necesario contar con ciertas cepas y técnicas de envejecimiento adecuadas, pero el esfuerzo vale la pena. Si quieres adentrarte en la diversidad del mundo del vino, no dudes en probar estas joyas de la enología, que seguro no te decepcionarán.